La colaboración entre entidades dedicadas al trabajo terminológico se consolida como un factor clave para optimizar recursos y enriquecer los repertorios lingüísticos. Así lo destacan Jordi Bover (Termcat), Étienne Quillot (DGLFLF) e Imanol Urbieta (UZEI), quienes han compartido su opinión sobre los beneficios que esta cooperación reporta a sus respectivas organizaciones.
De hecho, Termcat, la DGLFLF y UZEI han estrechado este año su colaboración en el ámbito de la neología. Una experiencia que no solo fomenta la coherencia de la metodología de la detección de neologismos, sino que también contribuye a optimizar los recursos y la uniformidad entre cada una de las respectivas lenguas. Hemos hablado sobre los primeros resultados de esta colaboración con los responsables de las tres organizaciones.
Pregunta: ¿Qué importancia le otorga a la colaboración entre entidades dedicadas al trabajo terminológico?
Jordi Bover (Termcat):
La colaboración entre entidades que se dedican al trabajo terminológico permite optimizar los recursos invertidos en proyectos terminológicos ya que, aunque las entidades trabajen en lenguas distintas, una parte de la investigación que se lleva a cabo puede ser común. Lo hemos podido constatar recientemente en la elaboración de la Terminología de la inteligencia artificial, liderada desde la DGLFLF. La selección de nomenclatura inicial es válida para nosotros y nuestra compleción de equivalentes catalanes enriquece el proyecto. También de los vocabularios multilingües de UZEI sobre otorrinolaringología y oftalmología hemos podido extraer equivalentes en francés para un proyecto de compleción de terminología médica en esta lengua. Por otro lado, más allá de los proyectos concretos, colaborar con otros organismos nos permite compartir también buenas prácticas de trabajo, que pueden ayudar a enriquecer y a mejorar nuestro sistema particular.
Étienne Quillot (DGLFLF):
La colaboración entre los actores de la terminología –ya se trate de organizaciones como la DGLFLF, responsables de la política terminológica para una lengua, o de centros y redes de investigación terminológica– es, en nuestra opinión, absolutamente esencial. Por lo que respecta a la DGLFLF, esta colaboración es el resultado de un compromiso político claro y antiguo. La cooperación con los organismos de terminología y neología de los países francófonos y con las organizaciones internacionales está consagrada por ley desde 1996. La DGLFLF también desempeñó un papel clave en la creación de la Red Panlatina de Terminología REALITER. Sin embargo, más allá de la voluntad de cooperar, la colaboración necesita proyectos concretos y un compromiso firme para demostrar el interés y las ventajas decisivas que puede tener para todos. Es el caso de la colaboración entre Termcat, UZEI y la DGLFLF, que no puede sino crecer y reforzarse, ya que los primeros resultados son muy prometedores.
Imanol Urbieta (UZEI):
En UZEI, consideramos que la colaboración entre los centros terminológicos de nuestro entorno es fundamental para nuestro trabajo. La riqueza y precisión de una lengua se benefician enormemente de la cooperación y el intercambio de conocimientos. Esa colaboración nos permite compartir experiencias, metodologías y recursos, lo que resulta en una terminología más coherente y consistente también para el euskera. Además, trabajar conjuntamente nos ayuda a abordar los retos comunes y a buscar soluciones innovadoras de una manera más eficaz.
Jordi Bover i Salvadó es el director del Termcat, el centro de terminología que tiene por objetivo la coordinación y normalización de la terminología en lengua catalana, entre cuyos otros trabajos destaca la Neoloteca, el diccionario de neologismos en catalán que sirvió de modelo para crear nuestro repertorio de neologismos en euskera.
Pregunta: ¿Podría explicar en qué medida ha resultado útil la experiencia de compartir material neológico en el marco de esta colaboración?
Jordi Bover (Termcat):
Los neologismos compartidos tanto por UZEI como por la DGLFLF nos han permitido detectar términos que no teníamos en nuestra base de datos y también constatar qué soluciones se habían dado en francés y en euskera a términos que sí que habíamos estudiado para el catalán. También nos ha resultado muy valioso conocer, a partir de documentos concretos, cómo se lleva a cabo el proceso de normalización de los términos para el francés en la DGLFLF y qué actores intervienen a lo largo del proceso.
Étienne Quillot (DGLFLF):
La puesta en común de neologismos entre nuestras tres instituciones demuestra el interés y la pertinencia de la cooperación emprendida. Por una parte, constatamos que, en el ámbito técnico y científico, en lo que respecta a las innovaciones, compartimos las mismas preocupaciones y temas de trabajo, y que a menudo estudiamos los mismos conceptos. Por tanto, tenemos el máximo interés en poner en común nuestros términos y, a la hora de crear neologismos, buscar construcciones equivalentes, lo que ahorra tiempo y resulta más eficiente. Por otra parte, en nuestro caso, la cooperación en neología también nos permite identificar conceptos que necesitan un neologismo en francés, porque aún no los habíamos detectado o porque habíamos subestimado su importancia. Esta cooperación es muy fructífera, tanto al nivel de complementariedad como de emulación.
Imanol Urbieta (UZEI):
El material compartido por Termcat y la DGLFLF durante las reuniones de coordinación sobre neología de los últimos meses no solo nos ha permitido identificar formas que aún no habíamos incorporado a la Neoloteka, sino también validar neologismos cada vez más habituales en los medios de comunicación en cada una de las lenguas con las que trabajamos.
Es cierto que los neologismos que incorporamos a la Neoloteka provienen mayoritariamente de medios digitales y otras fuentes accesibles en la red, y, por tanto, son de uso más común que otros términos técnicos, que probablemente están más presentes en los repositorios de Termcat y DGLFLF. Sin embargo, esta complementariedad nos parece muy interesante, incluso más allá de los objetivos que nos hemos marcado en el proyecto de la Neoloteka.
Además, este intercambio nos ha brindado la oportunidad de validar y consensuar nuevos neologismos, lo cual fortalece la cohesión y uniformidad terminológica en diferentes ámbitos.
Étienne Quillot es el responsable del seguimiento de las comisiones de terminología y de la Misión de Desarrollo y Enriquecimiento de la Lengua, en la Délégation générale à la langue française et aux langues de France (DGLFLF) del Ministerio de Cultura del gobierno de Francia.
Pregunta: En cuanto a la detección de neologismos, ¿qué diferencias metodológicas o enfoques específicos han identificado a la hora de incorporar dichos neologismos a sus respectivos repertorios terminológicos?
Jordi Bover (Termcat):
Hemos observado cómo algunos ámbitos con mucha producción neológica, como la gestión ambiental o las nuevas tecnologías, son de interés común, especialmente con la DGLFLF, que los ha estudiado de manera casi simultánea a nosotros. En el caso de la Neoloteka, destacan especialmente los neologismos más próximos a la lengua general. Teniendo en cuenta su amplia repercusión, nos ha parecido interesante incorporar también algunos de estos términos, que nosotros tal vez no hubiéramos detectado en nuestra actividad habitual.
Étienne Quillot (DGLFLF):
Para nosotros, la identificación de nuevos conceptos y la decisión de estudiarlos o no se basa principalmente en la «intuición neológica» de los expertos franceses, es decir, en su conocimiento del campo y en la sensación de que un nuevo concepto va a asentarse en la lengua durante mucho tiempo. Sin embargo, aunque los métodos de detección y la estructura de nuestras organizaciones varían, los neologismos estudiados y publicados son, en última instancia, bastante similares.
Imanol Urbieta (UZEI):
Hemos observado que, aunque cada entidad tiene su propio enfoque y metodología para la detección de neologismos, existen similitudes significativas. Generalmente, todas las entidades realizan una vigilancia constante de los nuevos términos que surgen en diferentes contextos, ya sea en medios de comunicación, literatura especializada o uso cotidiano. Sin embargo, las diferencias pueden surgir en los criterios y procesos específicos de evaluación y validación de estos neologismos.
En nuestro caso, hemos optado por poner el énfasis en el uso real de los neologismos, de modo que solo recopilamos formas que ya tienen cierto uso. En ese sentido, la Neoloteka no es un diccionario de propuestas terminológicas, sino una recopilación de ejemplos de uso del corpus actual. Además, recogemos también el primer registro del que tenemos constancia.
Pregunta: ¿Considera que los criterios y procedimientos actuales para la incorporación de neologismos son válidos o suficientes?
Jordi Bover (Termcat):
En el caso de Termcat, la detección de neologismos se lleva a cabo por diversas vías. Una muy importante proviene de nuestro Servicio de Consultas, que recibe unas 2.000 peticiones anuales, que generan más de 500 nuevos términos. La elaboración de diccionarios sectoriales también permite detectar muchos vacíos terminológicos. Recientemente hemos incorporado otra vía más proactiva de detección, a partir del vaciado de publicaciones científicas de alto impacto, que permiten localizar neologismos muy especializados y de incorporación reciente. Son sin duda mecanismos válidos, pero que podrían ampliarse en un futuro con un vaciado más sistemático de fuentes especializadas de referencia, con la ayuda de herramientas de inteligencia artificial. Puede ser más eficiente incluso, y de hecho ya hemos empezado a trabajar en esta línea, detectando en fuentes inglesas los futuros neologismos en nuestra lengua, para proponer alternativas antes de que empiecen a circular denominaciones incorrectas o directamente los préstamos del inglés.
Étienne Quillot (DGLFLF):
El Sistema de Enriquecimiento de la Lengua Francesa, coordinado por la DGLFLF, presta especial atención a la claridad de los términos que recomienda en relación con el concepto designado (la entrada debe ser coherente con la definición), a su coherencia con los términos publicados anteriormente y, por último, a su conformidad con el sistema morfológico y sintáctico del francés. Por ello, a veces opta por crear términos nuevos en lugar de ratificar términos ya en uso pero que considera poco explícitos o mal formados. El criterio de conformidad con el sistema morfológico y sintáctico francés es también a veces un freno a la inventiva neológica, que a veces envidiamos en las creaciones neológicas en catalán y vasco. Pero si comparamos la estructura de los términos propuestos en nuestras tres lenguas, es bastante similar y no difiere más que entre el francés de Francia y el francés de Quebec, donde existen variaciones ligadas en particular al contexto sociocultural.
No cabe duda de que podemos aprender de nuestros socios e inspirarnos más en el éxito de la aplicación de los términos que proponen.
Imanol Urbieta (UZEI):
En general, creemos que los criterios que utilizamos son eficaces para la realidad sociolingüística del euskera. Sin embargo, siempre hay margen de mejora. Es esencial mantener un equilibrio entre la flexibilidad y la rigurosidad, asegurando que los nuevos términos sean relevantes y útiles sin perder precisión ni coherencia.
Precisamente, el hecho de recopilar solo las formas de uso real deriva a veces en que en la Neoloteka conviven neologismos de uso más generalizado con otras formas menos documentadas, pero que serían más adecuadas desde el punto de vista de la exactitud técnica y científica. En cualquier caso, todas ellas tienen cabida en la Neoloteka.